Los estudiantes colaboran con un ministerio cordobés en un programa evangelístico navideño en el centro penitenciario de Córdoba
La cita tuvo lugar el 21 de diciembre de 2024, en un programa navideño que combinó en perfecta armonía solemnidad y alegría, adoración y risas, predicación y teatro, himnos y villancicos.
Algunos estudiantes de la Facultad de Teología ADE respondieron con prontitud al llamado de colaboración con un ministerio interdenominacional cordobés liderado por Joaquín Izquierdo. Este ministerio visita regularmente a personas en régimen de presidio. A pesar de sus ganas de regresar a casa para estar con sus familias tras el fin del semestre académico, los estudiantes decidieron permanecer unos días más en La Carlota, priorizando el servicio al prójimo por encima de sus deseos personales. La propuesta consistía en participar en un programa evangelístico con temática navideña, que se realiza anualmente en el centro penitenciario de Córdoba, organizado por un ministerio local integrado por miembros de diversas iglesias.
Como contribución al programa, los estudiantes de la Facultad presentaron una obra teatral de humor en la que los Reyes Magos disputaban con Papá Noel quién representaba verdaderamente la Navidad. Finalmente, la obra revelaba que el verdadero significado de la Navidad es la encarnación de Dios: Jesucristo, en quien encontramos el perdón de los pecados y la salvación de nuestras almas. Además, interpretaron varios villancicos cuidadosamente seleccionados para transmitir un mensaje de fe y esperanza, adaptados a ritmo de rumba. Su participación formó parte de un programa que también incluyó el canto de himnos, la predicación de la Palabra, testimonios y la distribución de almanaques con mensajes bíblicos.
Los espectadores, incluidos los funcionarios de prisión presentes, rieron con la obra y disfrutaron cantando los villancicos. Sin embargo, lo más importante fue que se sembró la semilla del evangelio en los corazones de personas con significativas carencias espirituales, emocionales y relacionales, confiando en que “el crecimiento lo da Dios” (1ª Corintios 3:6).
Durante los preparativos y ensayos, los estudiantes enfrentaron altibajos en su motivación, llegando incluso a considerar no participar en el programa. No obstante, Dios, que obra de formas inescrutables, movió sus hilos divinos —a veces de maneras muy palpables— para edificar, no solo al auditorio que presenció el evento, sino también a los corazones de los estudiantes. Su fe fue fortalecida al sentirse instrumentos de barro en las manos del Altísimo y al percibirse como parte de Su magnánimo plan. Así, pusieron en práctica el axioma pronunciado por Pablo, citando al Maestro: “Más bienaventurado es dar que recibir” (Hechos 20:35).