Skip to main content

En su último mensaje para el Podcast de la Fraternidad Mundial de las Asambleas de Dios, Doug Clay, superintendente de las Asambleas de Dios en Estados Unidos, compartió sus reflexiones sobre el significado de la Navidad y el perfecto diseño de Dios para el nacimiento de Cristo.

Clay destacó cómo, aunque los humanos hubiéramos diseñado una Navidad más cómoda para María y José, el plan divino tenía un propósito específico. Cada elemento del nacimiento de Jesús, desde el pesebre hasta los pastores, muestra cómo Dios quiso hacer que su mensaje fuera accesible para todos. “Un pesebre es un lugar donde toda la humanidad se siente bienvenida”, comentó Clay, subrayando que el humilde entorno del nacimiento de Cristo refleja su cercanía y accesibilidad.

A lo largo de su reflexión, Clay enfatizó tres grandes verdades sobre la Navidad. En primer lugar, nos recuerda que todos necesitamos un Salvador. Cristo vino para salvarnos de nuestros pecados, cumpliendo el propósito esencial del nacimiento de Jesús. “La Navidad es un recordatorio anual de que toda persona necesita la salvación”, afirmó, citando las Escrituras que reflejan nuestra necesidad de redención y el regalo de gracia que nos ofrece Dios.

En segundo lugar, subrayó que Cristo quiere estar presente con nosotros. Más allá de su omnipresencia, Jesús es Emanuel, Dios con nosotros, que busca estar cerca en cada circunstancia de nuestras vidas. “La venida de Jesús demuestra que Dios es más que omnipresente; Él es un Dios presente, aquí y ahora, a nuestro lado”, explicó.

Finalmente, Clay reflexionó sobre cómo la Palabra de Dios trae vida y estabilidad en tiempos de incertidumbre. Señaló que, en un mundo lleno de cambios culturales, políticos y sociales, la verdad de las Escrituras sigue siendo un ancla para nuestras vidas. “La Palabra de Dios no solo es inspiradora; es transformadora. Trae nuevos comienzos y vida donde se aplica”, aseguró.

Con una emotiva analogía, Clay compartió la historia de una niña que permanecía en calma durante una turbulenta tormenta aérea porque confiaba plenamente en su padre, el piloto. “Así como ella confió en que su padre la llevaría a casa, nosotros podemos confiar en nuestro Padre celestial para guiarnos en cada temporada de la vida”, concluyó.

En esta Navidad, Clay anima a los creyentes de todo el mundo a recordar que el mismo Dios que planeó la primera Navidad está en control de nuestras vidas. Su mensaje es una invitación a experimentar la presencia de Emanuel y a compartir el mensaje de salvación con otros.

El mensaje de Doug Clay es un recordatorio poderoso de que el plan de Dios para la Navidad, con toda su humildad y humanidad, es perfecto. Cada detalle, desde el pesebre hasta la cruz, tiene un propósito redentor: acercarnos a Dios y hacernos partícipes de su salvación.

Como él mismo expresó: “Cristo nació para salvar”. Que esta verdad ilumine nuestro corazón en esta temporada y nos inspire a compartir la esperanza del Evangelio con quienes nos rodean.