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Cuando la Unión Pentecostal Ucraniana (UPU) invitó a nuestro presidente Juan Carlos Escobar a predicar en una de las sesiones de su convención, se extendió la invitación a asistir a algunos componentes más de ADE, y no dudamos de poder estar presentes una delegación española formada por el Presidente y yo como Vicepresidente del CE, así como el Coordinador del Departamento de Acción Social de ADE (DAS), Benito Martínez, que junto a Iker López representaban al DAS. Era una gran oportunidad de transmitir nuestro apoyo y respaldo a nuestra familia de la fe, que están sufriendo y experimentando las terribles emociones  que provoca cualquier conflicto y mucho más cuando se trata de una invasión.

Pero antes de llegar a Ucrania, pasamos por Polonia, para visitar un centro de refugiados en la ciudad de Katowice, a unos 300 km de la capital Varsovia. Ha sido tal la afluencia de refugiados ucranianos en Polonia que, sólo en esa ciudad que es una de las más importante del país, el 30% de su población son ucranianos. EL DAS estuvo enviando equipos a la frontera, en la ciudad de Medika, pero ahora se ha estabilizado la llegada de refugiados y se han distribuidos por toda Europa, en diferentes centros, muchos de los cuales están en Polonia. El DAS seguirá informando de los diferentes proyectos de futuros con los que ADE seguirá apoyando al pueblo ucraniano y las víctimas de la guerra.

La situación de guerra que vive Ucrania hacía que nuestros familiares y hermanos de las respectivas congregaciones aquí en España pudieran tener cierto resquemor y preocupación por nosotros al ir a este país, pero teníamos plena tranquilidad y convicción de que íbamos con el respaldo del Señor. Esta sensación se vio confirmada al llegar a la ciudad de Lutsk, que está al noroeste del país, muy alejada de la zona de conflicto, y pudimos ser testigos de la casi normalización que existe, pues como en cualquier otra ciudad europea la gente iba a su trabajo, pasea por los parques, los niños van a los colegios, los operarios arreglan las calles y los restaurantes están abiertos en su mayoría. 

Cuando llegamos a la iglesia donde se iba a celebrar la Conferencia y pudimos saludar al Obispo Mykhailo Panochko, éste nos preguntó con inquietud si habíamos sentido miedo al entrar al país, pero nuestra respuesta casi al unísono y determinada era un no rotundo, a lo que él respondió con un gesto de alegría golpeando su puño derecho con la palma abierta de la mano izquierda. 

Actualmente, la UPU tiene alrededor de 1700 iglesias, pero para entender el crecimiento experimentado en estos últimos años por esta denominación hermana, basta decir que en 1998 eran sólo unas 300 iglesias, y hay que decir que el mayor crecimiento ha sido en el tiempo previo de la guerra. Hoy por hoy, la UPU tienen un gran prestigio en todo el país por la gran labor humanitaria que desarrollan en toda la nación, de hecho, su máximo representante, fue invitado recientemente a dar un discurso en el parlamento ucraniano donde fue aclamado. Estas buenas relaciones propiciaron un acuerdo entre el gobierno ucraniano con las iglesias evangélicas para que sus pastores no sean llamados a filas, pues el gobierno considera que hacen una labor más importante en la sociedad que en el frente. 

Las iglesias de la UPU se agrupan en 6 grandes regiones, que a su vez se dividen en 24 distritos por todo el país. En su conferencia, que es como ellos denominan a la convención periódica, asistieron 485 delegados de todo el país, muchos de ellos de las zonas sur y sureste, las que están cercanas a la zona invadida por los rusos, por lo que tuvieron que enfrentar diferentes retos para poder llegar hasta Lutsk.

El presidente de la denominación, Obispo Mykhailo Panochko, dejaba el cargo después de 25 años. Realmente le hubiera tocado el año pasado, pero la conferencia fue frustrada por la guerra que se inició el 24 febrero 2022  y se tuvo que aplazar para este año. Quien le ha sustituido ha sido Anatoliy Kozachok que fue elegido obispo de la Unión Pentecostal de Ucrania el 18 de mayo del 2023.

Una característica de la iglesia nacional UPU es que es muy misionera y han enviado misioneros a muchos lugares, especialmente a Rusia y a otros países exsoviéticos. Antes de la guerra había más de 400 misioneros de la UPU en Rusia, aunque al iniciarse la guerra tuvieron que salir del país la mitad de ellos. Eso sólo de esta denominación, pero además hay que sumarle los misioneros bautistas, metodistas, menonitas, presbiterianos… De hecho, el Obispo Panochko, considera la posibilidad de que uno de los motivos por el que Rusia ha invadido Ucrania ha sido para impedir que la iglesia ucraniana siga enviando misioneros a Rusia.

El pastor Juan Carlos Escobar, en su predicación del sábado, justo antes de las elecciones, apuntó en esa misma dirección diciendo que la iglesia ucraniana debe de entender que lo que se vive en Ucrania, no es sólo una cuestión político-militar o ideológica, que también, sino que es sobre todo una batalla espiritual, por lo que ellos se han de convertir en reparadores de portillos (Isaías 58:11-12). Asimismo, señaló que Dios tiene un propósito con Ucrania, y con una bandera en su mano señaló los colores y la simbología que contiene: el azul que representa el cielo y el amarillo al trigo, a los campos en cosecha, por lo que pudo hacer una analogía diciendo que ¡los cielos están abiertos sobre Ucrania y que habrá una gran cosecha!

Su texto base fue Jeremías 31:16-17 enfatizando la esperanza en medio del dolor, y señalando que esa esperanza conlleva restauración y restitución. Nadie puede devolver lo que se ha perdido, pero Dios dice que restituirá lo que él pulgón se ha comido (Miqueas 7:8)

Finalizamos este viaje con la percepción que se ha establecido un vínculo especial con los hermanos ucranianos, que ellos se pudieron sentir consolados y respaldados con nuestra presencia y que esta visita propiciará proyectos de ayuda humanitaria a este país hasta que se acabe la guerra, cosa por la que oramos y esperamos que ocurra en breve. 

 


Esteban Muñoz de Morales M.
Vicepresidente ADE